Cada noche enciendo la cámara no solo para trabajar, sino para explorar. Bailo al ritmo de mi propia conexión, a veces suaves, a veces intensos, pero siempre con intención. Nada es sin querer. Cada gesto, cada caricia, cada susurro compartido en ese espacio íntimo, está cuidadosamente elegido. No hay falsedad, solo performance con alma .No hacen lo que no quieren. No necesitan fingir. Porque su trabajo es una extensión de lo que son: una pareja que se divierte, que explora, que baila, ama y crea.