Hoy toca un poco de historia. Y es que el departamento de arqueología de Amateur.tv nos ha pasado un interesante informe sobre cómo era el sexo en el Antiguo Egipto, y ha resultado que estaba lleno de fantasías. ¡Vamos a verlas!
En el siglo V visitó Egipto Herodoto, que era un historiador griego que dejó escritas un montón de anécdotas gracias a las que ahora conocemos mejor cómo era la vida entonces. Y cómo sería para que un griego, que era una sociedad bastante deshinibida, flipara con lo que vio ahí.
Por ejemplo, una vez al año hacían un festival en honor a la diosa Sejmet, que era la diosa de la guerra y tenía cabeza de leona. Pero en su festival no se hacía la guerra sino el amor, y en grupo. Docenas de hombres y mujeres navegaban por el río Nilo en grandes barcas. Los hombres tocaban flautas y las mujeres, tambores. Y cuando no estaban tocando, se lo montaban los unos con las otras.
Lo más bonito era cuando paraban en las aldeas de la orilla e invitaban a unirse a las mujeres que ahí vivían. Por lo visto solo a ellas, porque de los maridos no se dice nada. Eso sí era el barco del amor, repartiendo música y buen rollo por las dos orillas del Nilo. Pero esta no era la única fiesta erótico religiosa a la que Herodoto asistió.
Había otra en honor el dios Atom que era un poco más solemne porque aquí participaba el faraón. El monarca tenía que ir a la orilla del Nilo con toda su corte de sacerdotes y maturbarse, poniendo mucho cuidado en que el semen cayera en el agua. Si caía sobre la tierra, ese año no habría una buena cosecha, así que había que apuntar bien y llegar lejos. Cuando había terminado, todo su séquito debía hacer lo mismo. Y después, todos a casa. Lo dicho, este festival nos parece más aburrido. Y encima con la presión de que si no lo haces bien, tu pueblo se muere de hambre. Muy poco excitante. Nos quedamos con el de Sejmet.
Lógicamente, también había prostitutas, pero las egipcias estaban como muy especializadas. A un tipo de ellas las llamaban felatrices, y como seguro que habéis adivinado, solamente practicaban sexo oral. Se las distinguía por llevar los labios pintados de un rojo muy intenso.
Y había otro tipo de prostitutas que solo prestaban sus servicios a mujeres casadas que no estaban satisfechas con sus maridos. La ley egipcia castigaba el adulterio de la mujer con otros hombres. ¿Pero con otras mujeres? Parece que ningún problema. ¿Y las que se apuntaban al festival de Sejmet cuando llegaba a sus aldeas el barco del amor? Pues suponemos que tampoco, porque ya hemos visto que Sejmet es guay y por eso en su festival vale todo.
¡Viva Sejmet!