🌿 Sexo al aire libre

Lo típico: llega el buen tiempo y salimos a la calle más frescos, enseñamos más piel y todo el mundo nos parece atractivo. ¿Esto nos hace más proclives a practicar sexo en espacios públicos? ¡Sin duda!

¿Pero es esto un problema? ¿Cuando deja de ser una anécdota para convertirse en un rasgo de nuestra personalidad?

La mayor parte de las veces, la motivación para mantener relaciones sexuales en público solo es exponerse a una situación excitante por ser algo prohibido y fuera de la rutina. Otras veces, es la única alternativa que nos queda por no tener acceso a una casa o a un lugar más discreto.

Cuando nos damos cuenta de que nos excita más el sitio donde practicamos el sexo que el sexo en sí mismo, es cuando podemos decir que tenemos una filia. Y todos tenemos varias, así que esto en principio no implica ningún problema. Se trata de algo divertido, travieso y morboso que no le hace daño a nadie. Y si a alguien le parece mal, ¡que no mire!

Los espacios públicos donde se practica el sexo con mayor frecuencia son los coches, los baños, los probadores, los portales y las escaleras de los edificios. Todos estos lugares tienen algo en común: se elijen porque en ellos esperamos que no nos vea nadie.

¿Y qué sitios elegimos cuando lo que nos da morbo es el riesgo a ser descubiertos? Entonces optamos por sitios más festivos, como parques, playas, callejones, terrazas, azoteas o incluso la pista de una discoteca.

Ya sea por gusto o por accidente, casi todos tenemos alguna anécdota relacionada con el sexo en espacios públicos. ¿Cómo fue la tuya? ¿Excitante, divertida o embarazosa? ¿O las tres cosas a la vez? Cuéntanosla en los comentarios. A lo mejor nos descubres un sitio que nunca se nos hubiera ocurrido y que tal vez probemos en la próxima ocasión.

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