¿Qué es el Catfishing y cómo puedes evitarlo?

Tan pronto apareció internet, y de esto hace ya algunos años, la humanidad comprendió su potencial para relacionarnos con personas de todo el mundo desde una perspectiva nueva: la seguridad del anonimato. ¿Te suena? Si eres modelo o usuario de esta web, seguro que sí.

Esto abrió un abanico de posibilidades en comportamientos nuevos. De repente podíamos ligar a través de un filtro que solo mostraba lo que queríamos que los demás vieran de nosotros. Y esto nos liberaba, convertía a los tímidos en extrovertidos y en elocuentes a los más callados.

En seguida aprendimos a usar la nueva herramienta para encontrar personas que buscaban los mismo que nosotrxs: tal vez un rato de conversación, una amistad más duradera, una pareja estable o simplemente sexo. ¿Pero qué tipo de sexo?

Muchos buscaban sexo real y cuanto antes, pero para otros esto nunca sería una opción. Por primera vez en sus vidas podían elegir quiénes querían ser, y esta era una sensación nueva y adictiva que solo era posible en este mundo virtual. En el mundo real sus complejos volverían a tomar el control y la magia se perdería. Esta es la lógica detrás del catfishing.

Catfishing es la palabra en inglés para hacerse pasar en el mundo online por una persona diferente de quien realmente eres. No tiene una traducción directa al castellano, y con frecuencia se utiliza en un contexto sexual: alguien finge ser otra persona más deseable para atraer a personas que no considera a su alcance.

Y seamos sinceros y sinceras: si alguna vez hemos ligado en internet o a través de alguna aplicación de citas, las probabilidades de que hayamos sido víctimas o verdugos de esta práctica son altas.

El catfishing siempre implica un engaño y, por tanto, siempre es reprobable. En su grado menos grave, se utilizan fotos elegidas al azar para crear esa identidad nueva. En su segundo grado, la cosa se puede complicar mucho. Nos referimos a casos en los que se usurpa la personalidad de personas concretas y se hacen pasar por ellas prolongadamente. O bien se mantiene una larga relación con las víctimas, a las que hacen perder mucho tiempo, o se intenta influir en su comportamiento para conseguir una respuesta emocional, dinero, control, etc.

Pero lo más frecuente es que las personas que practican catfishing lo hagan por simple morbo y se conformen con mantener una charla caliente y/o que les manden fotos desnudas. El clásico catfishing de toda la vida que no va más allá de esto. Quienes lo practican lo ven como un pasatiempo inocente, pero resulta muy irritante cuando descubres que te han tenido engañado durante un rato, sobre todo cuando tú creías que habías conectado con alguien con quien esperabas tener una buena sesión de sexo, o tal vez una relación más duradera.

¿Cómo podemos protegernos del catfishing? Teniendo en cuenta que este problema ya existía mucho antes de que aparecieran las plataformas de contacto actuales, estas ya vienen equipadas con sistemas de verificación que confirman que todos sus usuarios son realmente quienes dicen ser en sus fotos. Pero los catfishers siempre encontrarán alguna grieta por la que colarse. Y, por muy listos que nos creamos, todos somos vulnerables a caer en sus trampas.

La única manera de confirmar que realmente estamos hablando con la persona que creemos es verle la cara a través de una video llamada. Es así de sencillo. Si es un catfisher, pondrá excusas, dirá que en ese momento su conexión no es buena, o que se encuentra en el trabajo. ¡Lo que sea! Y, al mismo tiempo, intentará alargar la conversación hasta conseguir aquello que está buscando: que tú le cuentes tus fantasías sexuales o que le mandes alguna foto privada.

Cuando tu interlocutor no te da nada pero en cambio sí que te pide: ¡bandera roja! Es probable que estés siendo catfisheado. En la mayoría de los casos, la cosa no tiene mayores consecuencias. Es cierto que existen historias truculentas que han terminado fatal: impostores que juegan con las vidas de sus víctimas durante años y que consiguen manipularlas hasta extremos increíbles. Estos casos son rarísimos, contenido de primera para los realities más jugosos. Y nosotros somos más listos que todo eso. ¿O no?

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