Hoy hablamos sobre un mito de la sexualidad femenina: el squirting. Y decimos mito porque el porno lo ha exagerado tanto que ha creado unas expectativas que pocas veces se pueden alcanzar.
La eyaculación femenina o eyaculación vaginal consiste en la producción de un líquido blanquecino durante el orgasmo. Esta secreción a veces se confunde con la lubricación, pero no es lo mismo. Sale de las glándulas Skene, también llamadas glándulas uretrales, y está compuesto por sustancias que también se encuentran en el líquido seminal masculino.
No obstante, la cantidad de líquido producido en esta ‘eyaculación’ es poca y varía en cada mujer. Así que, cuando vemos en una película o en show en vivo un chorrazo espectacular, no es esto lo que estamos viendo.
¿Entonces, qué es el squirting?
El squirting sería este mismo líquido al que se le suma algo de orina diluida, que lo hace más abundante. Pero, aunque hablemos de orina, el resultado es un líquido inodoro y transparente que puede brotar antes o después del orgasmo.
Solamente el 10% de las mujeres producen este fluido de manera regular y frecuente, pero cualquier mujer con un orgasmo muy intenso puede producirlo. Solo depende del estímulo.
No obstante, las mujeres que lo experimentan a veces sienten que se van a hacer pis justo antes de producirlo. Y, pese a que es más líquido que la eyaculación, es muy raro que sea tan potente como el que vemos en el porno.
¿Se puede provocar?
Muchas mujeres no producen squirt porque cada una experimenta el orgasmo a su manera. Pero sí existe una técnica para estimularlo. La clave está en la estimulación del punto G y en el fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico.
El punto G que se encuentra en la pared frontal de la vagina, y aquellas mujeres que nunca lo hayan estimulado pueden notar cierta presión al hacerlo en la vejiga. Esto es algo completamente normal. La cuestión es ir experimentando qué cosas provocan mayor excitación.
Mientras se estimula esa zona, conviene ejercitar los músculos pélvicos contrayéndolos y relajándolos como cuando quieres aguantar la orina. Cuando notes que estás llegando al orgasmo, retira los dedos de tu vagina y empuja mientras entras en el punto de no retorno. Notarás un flujo bajando por tu vagina. Sigue empujando hasta que este flujo salga fuera de ti.
Y, si no lo consigues, no te obsesiones. Más allá de hacer squirt o de eyacular, lo importante es disfrutar del sexo sola o en compañía.