Dentro del mundo de las prácticas sexuales, hacer una cubana es, probablemente, una de las fantasías con la que sueña la gran mayoría de hombres. Esta técnica no solo estimula el pene del hombre, sino que además cuenta con una gran carga erótica, al ser los pechos los responsables de la masturbación.
¿Cómo se hace una buena cubana?
Comenzando con preliminares
Para hacer una cubana, lo primero que necesitarás saber es que el pene deberá deslizarse entre las tetas, así que lo mejor es que lubriques la zona para facilitar esta tarea.
El tipo de lubricante es indiferente, y en el mercado puedes encontrar de distintos tipos, inclusive con efectos interesantes que maximizarán el placer de la experiencia. Eso sí, en caso de que vayáis a utilizar preservativo más adelante, procura evitar que este sea de base oleosa, ya que podría dañar el látex del mismo.
Una vez tengas todos los ‘utensilios’ para jugar con tu pareja, tómate tu tiempo antes de pasar a la acción. Todos sabemos que meternos ‘en harina’ es la decisión sencilla, pero resulta mucho más placentero y excitante si habéis entrado en materia antes del objetivo que nos ocupa.
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Caricias, miradas, besos, lametones… Son ingredientes estupendos para conseguir que el chico se estremezca antes siquiera de rozar tus pechos con su pene. Seguro que encuentras el modo de que el chico desee con todas sus fuerzas que llegue el momento, y ahí está precisamente el truco: aumentar el deseo también aumentará el placer.
Por sorprendente que pueda parecer, el tamaño del pecho no es decisivo a la hora de proporcionar placer, si bien es cierto que, cuanto más grande sea el busto, más sencillo será realizar esta práctica, pero no influirá en el resultado final.
Una buena cubana hecha con ganas y una buena técnica, aunque no cuentes con una gran talla de pechos, será mucho más placentera que aquella hecha con unos grandes pechos pero sin lubricante y mucho ánimo.
¿Cubana boca arriba o boca abajo?
En realidad, el orden de los factores no altera el producto, y depende más del tipo de rol que tú prefieras adquirir durante esta práctica sexual.
Una cubana donde tú estés tumbada facilitará que el hombre adquiera un rol dominante, y por ende, que él tome el control de la situación marcando el ritmo.
Por el contrario, cuando es el chico el que se tumba, conseguimos que seas tú quien tome las riendas del asunto: puedes jugar a mantener el contacto visual, decidiendo cuál es el ritmo a seguir, e inclusive si quieres acompañarlo de una felación para hacer que tu pareja llegue al orgasmo mucho más rápido.
Haciendo una buena cubana
Para hacer una buena cubana tan solo tienes que introducir su pene entre tus pechos, y juntarlos con las manos para que el miembro quede entre ellos. De esta forma, generamos una presión que provocará un gran placer mientras el pene se mueve hacia arriba y hacia abajo.
No existe una postura definida para realizar esta práctica sexual: lo importante es que ninguno de los dos estéis incómodos y podáis realizarla sin mayor problema.