Renovemos nuestros pasaportes para darnos una vuelta por los mejores destinos para el sexo. Vamos a visitar los más populares pero no vamos a ignorar al elefante en la habitación. Algunos de estos países se eligen por las razones equivocadas, ya que su situación económica ha propiciado una industria sexual poco recomendable. ¿Entonces en cuáles podemos vivir una aventura sexual sin preocupaciones ni remordimientos? Vamos a verlo.
Ámsterdam: La prostituición es legal en Holanda. El turismo sexual genera el 5% del PIB con cerca de 30.000 profesionales en todo el país. Pero lo que atrae a los turistas de toda Europa, y especialmente a los del Reino Unido, es su mundialmente famoso Distrito Rojo. Aquí todo es pintoresco e inofensivo: las chicas se exhiben en los típicos ventanales amsterdameses y, si se desea algo de ellas y hay consentimiento, se accede por la puerta de al lado para conocerlas a fondo. Y después… al coffee shop de confianza para terminar de relajarse.
Berlín: Si Alemania es la locomotora económica de Europa, Berlín es la locomotora cultural. Su escena underground es una creadora de tendencias en todos los ámbitos, y esto se refleja en una cultura urbana efervescente, con una oferta de nocturna que el resto de Europa envidia. Aquí hay clubs de todo tipo, muchos de ellos con fama internacional. Especialmente ilustres son algunos sex clubs como el Kit Kat Club, Berghain o Lab.oratory, que han labrado su reputación haciendo extensivo al público heterosexual prácticas que tradicionalmente eran exclusivas del mundo gay, como las fiestas temáticas o los cuartos oscuros.
Brasil: Nos vienen a la mente imágenes evocadoras cuando pensamos en Brasil: playas kilométricas, carnaval, samba, cuerpos esculturales… Por supuesto, son estereotipos que hemos idealizado y que ellos mismos han exportado como parte de su marca nacional. Es verdad que el brasileño es un pueblo bendecido por la mezcla de razas, por eso miles de turistas pasan por sus aduanas en busca de sus espectaculares garotas. Pero Brasil es también un país enorme repleto de atractivos turísticos, y sería una lástima no intentar conocerlos si alguna vez lo visitamos.
Caribe: En países como la República Dominicama, Barbados, Jamaica y, especialmente, Cuba, la prostitución no es legal, pero está muy normalizada debido a las dificultades económicas y a que las autoridades suelen hacer la vista gorda. Un buen porcentaje del turismo sexual que llega a estos países son mujeres occidentales atraídas por sus beach boys. Pero conviene no confundirse: aquí no se viene a vivir una aventura romántica. Vamos a entrar en contacto con personas muy necesitadas que utilizan todos sus recursos para mantenerse, prosperar o abandonar el país. No debería haber problemas mientras mantengamos estas relaciones en un contexto de mutuo acuerdo entre adultos que son sinceros entre ellos y consigo mismos.
Sureste asiático: Entramos en el grupo de países donde el turismo sexual es más problemático: Tailandia, Camboya, Vietnam o Filipinas. Cada uno de ellos tiene sus característcias propias, pero todos tienen en común que la prostitución, aunque extendida, no es legal. Las autoridades pueden perseguir tanto a los turistas sexuales como a los locales que se benefician, aunque es frecuente que los dueños de estos eviten los problemas legales a golpe de soborno, y que finalmente sea el turista quien pague los platos rotos para dar ejemplo. Son países con graves problemas de explotación sexual y no recomendamos viajar a ellos buscando este tipo aventuras, sobre todo porque sus otros reclamos turísticos son imbatibles y se ofrecen libres de problemas éticos y legales.
Japón: Si puedes imaginarlo, en Japón lo harán realidad. Bienvenidxs al país que probablemente haya exportado más perversiones en toda la historia, desde sus ancestrales geishas hasta los personajes del cómic hentai. Algunos distritos de sus bulliciosas ciudades son famosos por las yujo-girls, chicas especializadas en hacer realidad cualquier fantasía que hayas visto alguna vez en cualquier manga subido de revoluciones.