Vamos a ahorrarnos la típica intro que dice que el calor nos dispara la libido y blablablá. Si todavía no habéis catado los placeres intrínsecos al verano, llegáis tarde. Pero en este artículo encontraréis nuevas ideas para sacarle todo el partido.
El Aquasutra no es un compendio milenario de sabiduría oriental sino una selección de posturas aportadas desinteresadamente por usuarios de internet en todo el mundo. ¿Funcionan realmente? ¿Cuál es la mejor? Todavía no las hemos probado todas, así que os pedimos vuestra colaboración para testar estas cuatro.
El abrazo
Es la típiquísima postura para practicar sexo en una piscina pública o en una playa concurrida sin que nadie se entere. Bueno, más o menos. La mujer rodea con sus piernas la cintura de su pareja y se cuelga de su cuello con sus brazos. Aquí juega a vuestro favor que, gracias al agua, no hay peso. Y mientras tanto, él la penetra. Lo dicho, si no os pasáis de expresivos y no os ronda nadie con gafas de buceo, nadie se enterará de lo que estáis haciendo.
La escalera
Postura típicamente piscinera porque, como su propio nombre indica, se necesita una escalera. Concretamente una de escalones, no una escalerilla de mano. Lo ideal es que el último escalón tenga cierta profundidad para que el hombre quede de pie con el agua a la altura de su cintura. La mujer se recostará sobre las escaleras boca arriba, apoyándose en los escalones superiores con sus codos y hombros, dejando que su cadera flote y agarrando una vez más a su pareja con las piernas. ¿Te imaginas el resto?
La colchoneta
A ver, esta postura no garantiza el éxito, más bien al contrario. Aquí la única garantía es que os echaréis unas risas intentándolo. El hombre se tumba boca arriba con las piernas abiertas sobre una colchoneta rectangular que debe tener el grosor suficiente para aguantar el peso de los dos. Y la mujer, encima, cabalgando tanto al hombre como a la colchoneta. Es lo más parecido a montar borracha en un toro mecánico. Consejo: alejaros de los bordillos para evitar percances.
El trono
Aquí nuevamente nos aprovechamos de la ingravidez del agua. En un sitio donde nos llegue a la altura del pecho, el hombre se acerca a su pareja por detrás y la levanta agarrando sus muslos con sus dos manos, de tal manera que ella quede a la altura de su cadera. La penetración desde atrás será fácil y placentera.
¿Cuál de ellas has practicado? Déjanoslo en un comentario.