El Kamasutra original tiene 64 posturas sexuales. Y de toda ellas hay una que destaca sobre las demás en popularidad. Estamos hablando, cómo no, del 69, una postura con una estrategia de Marketing que sigue siendo tan eficaz como cuando se lanzó hace sesenta años.
Y es que fue en los años 60 del siglo XX cuando el escritor surrealista francés, Raymon Quereau, declaró que “uno más uno es 69: dos personas entrelazadas una sobre la otra, específicamente sobre su sexo”. Y a partir de ahí, se convirtió en un icono. En aquella década de liberación sexual, esta postura encajó perfectamente con la idea de igualdad de sexos por ser la más democrática, ya que ambos miembros de la pareja dan y reciben al mismo tiempo. O eso es lo que dice la teoría.
Por otro lado, tiene un nombre que es además un logotipo en sí mismo, y con el que hasta los menos ocurrentes pueden hacer bromas.
¿Entonces, por qué muchas parejas deciden saltárselo y pasar directamente al 70? Vamos a verlo.
No va bien con diferentes alturas.
Es un hecho que cuando hay diferencia de altura entre los dos amantes, esta postura no funciona. O bien uno de los que participa tiene que encogerse o el otro estirarse. Y si se tiene que estar tan pendiente de la postura, la mente no está donde tiene que estar. Además, este problema tiene mala solución porque, si hay que cambiar de postura para corregirlo, entonces ya no es un 69.
No apto para gargantas sensibles.
O lo que también podríamos llamar el problema con el pene. Y es que, dada la mecánica de esta postura, es casi imposible practicar una felación controlada. La postura obliga a alojar todo el pene en la garganta hasta la base, con la consiguiente arcada y bloqueo de las vías respiratorias. E incluso, si la persona que lo recibe puede controlar las arcadas, lo que sí no podrá es jugar con el pene. Es una postura estática. Tal vez por esto se ve muy poco en el porno.
La sincronía imposible.
O la dificultad de llegar al orgasmo juntos. Es cierto que este problema se puede dar con cualquier postura, pero el 69 se presta más que otras debido a todas las dificultades que plantea. Es probable que para uno de los dos miembros de la pareja todo vaya bien. ¿Y para el otro?
Las vistas no son las mejores
Esta postura es un desafío para los narcisistas, esas personas que necesitan sentirse estéticas en cualquier situación. Pues aquí no va a ser posible. Es por eso que mucha veces se reserva para personas con las que existe cierta confianza.
Entonces, ¿por qué sigue siendo tan popular a pesar de todos estos inconvenientes? Porque hay mucha gente a la que le encanta. ¿A quién? A esa parte de la pareja para la que sí funciona bien. Habría que preguntar a la otra parte. Lo que es seguro es que no es una postura para principiantes y que requiere cierta experiencia.
¿Y tú? ¿Eres #team69? Déjanoslo en un comentario.