Vamos a empezar diciendo una obviedad: el verano es caliente. Y nos gusta que sea así. Vamos más ligeros de ropa, los ojos se nos van detrás de cuerpos hermosos y somos más conscientes de nuestro propio cuerpo. En fin, que estamos todo el día excitados. Pero debemos conseguir que este calor no sea un inconveniente sino un aliado.
Hoy os presentamos cinco posturas para disfrutar del sexo incluso en los días más tórridos. Todas tienen lo mismo en común: permiten que corra el aire entre los cuerpos sin sacrificar la fricción que nos va a hacer llegar al clímax.
El caballito
Ella se sienta sobre el regazo del chico, y así este puede penetrarla al tiempo que alcanza todas las zonas erógenas de ella con sus manos. Ella puede sentarse cara a cara o de espaldas. En cualquiera de los dos casos, esta postura es un clásico que nunca falla.
En paralelo
En verano no queremos mantas, así que en vez de tumbarnos encima del otro nos vamos a tumbar al lado de nuestra pareja. Da igual cómo: puede ser frente a frente, los dos boca arriba, o en sentidos contrarios, en modo 69. Cada combinación ofrece sus propias posibilidades para juegos manuales y casi todas permiten terminar la faena con penetración.
El perrito de toda la vida
Señoría, no hay más preguntas. Todos la conocemos y la amamos. Bueno, no todos. Algunas personas opinan que les falta el contacto visual, y tienen razón. Pero aquí es más importante el beneficio veraniego. El contacto entre pieles se minimiza y la penetración es más profunda. Menos calor, más placer.
¡Contra la pared!
Otro nombre que lo dice todo. En este juego nos podemos poner más o menos brutos si es que es esto lo que nos apetece, pero la idea es que corra el aire entre los dos cuerpos. Y como se puede elegir cualquier lugar de la casa, lo interesante es buscar corrientes de aire. Puede ser al lado de una ventana. ¿Dejamos las cortinas abiertas?
La tabla de surf
Esta vez el chico se tumba boca arriba y la chica se sienta sobre su pene dándole la espalda. Aquí otra vez habrá quien diga que no hay contacto visual. ¡Pues claro! Ella tiene que mirar al frente si quiere llegar a buen puerto. Porque, aunque él maneje bien el timón, ella es la capitana de este barco.
¿Y tú? ¿Tienes una postura preferida para esta época del año?
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