Igual que planeamos un viaje romántico, una escapada a algún sitio especial y diferente o una cena a la luz de las velas, también debemos prestar atención una vez la cosa comienza a ponerse caliente: ¿por qué íbamos a pasar a la acción directamente, pudiendo pasarlo bien durante un rato sin necesidad de meternos directamente en harina?
Los preliminares son las estimulaciones previas a la penetración, y no siempre se le dan la importancia que realmente tienen: mejorar la lubricación, aumentar el deseo sexual o incrementar la pasión del momento son solamente algunas de las (muchas) ventajas que encontramos.
Las caricias, los besos, los lametones, la masturbación mutua, los juegos eróticos… Hay un sinfín de posibilidades, donde únicamente la imaginación pone el límite. Es en estos momentos donde justamente, las fantasías eróticas pueden hacerse realidad. Si te interesa saber más sobre los preliminares sexuales sigue leyendo, que esto te interesa
Preliminares antes del sexo | Amateur.tv
Calentando motores…
¿A quién no le gusta comenzar con los besos? No importa si eres más de besos cariñosos y tímidos, o prefieres que sean fogosos y sensuales: en los labios, en el cuello, en la oreja… Ya sabemos que una cosa, lleva a la otra.
Conocer a tu pareja te da muchas facilidades para encender su fuego interior, aún más si cabe: utilizar las zonas erógenas de su cuerpo hará que la temperatura aumente exponencialmente. Si no conoces demasiado a la persona, siempre puedes hacer caso de la ciencia: allá donde más terminaciones nerviosas hay, más sensibilidad encontrarás: labios, orejas, pezones, el vientre… y, cómo no, los genitales.
De los besos podemos pasar a las caricias: nunca hay que menospreciar la capacidad de hacer llegar al clímax con las manos. Para esto puedes ayudarte de diferentes aceites o lubricantes, que nos ayudarán con la estimulación. Encontraremos, además, muchos tipos con distintos efectos enfocados a generar calor, frío… ¡O de sabores! Hay un mundo por explorar ahí fuera, ¡no te lo pierdas!
Juegos eróticos: ¿Con o sin juguetes?
Determinadas parejas optan por añadir juguetes sexuales en sus relaciones, y no es de extrañar: hay un auténtico sinfín de posibilidades. De todas las formas, tamaños, colores, para él y para ella. Vibradores y consoladores son los más habituales, y pueden ser idóneos para estimular la zona genital de la chica.
Encontramos también juguetes eróticos más enfocados a aumentar los sentidos: una simple venda hará que, al tapar los ojos, se potencien el resto de sentidos como el gusto y el tacto. ¿Nunca lo has probado? Nosotros, de ti, comenzaríamos hoy mismo.
Sal de la zona de confort. Es decir, de la cama
Sabemos que la cama está muy bien para el sexo, y que es casi un cliché imaginarnos precisamente este tipo de actos entre almohadas y sábanas, pero… ¿Por qué íbamos a quedarnos ahí? Hace una temperatura maravillosa para explorar lugares de la casa. Por ejemplo, con el calor que hace, ¿a quién no le apetece una buena ducha? Y mucho mejor si esta es con final feliz. Las gotas de agua cayendo sobre el cuerpo, sumadas a los aromas del jabón, pueden hacer que terminemos más calientes de lo que habíamos entrado antes a la propia ducha.
Pero no es necesario que vayamos a la ducha, cualquier otro escenario vale: la cocina, el sofá, e incluso la terraza pueden ser buenos sitios para dar rienda suelta a nuestra pasión. E incluso… ¿Por qué deberíamos hacerlo en casa? Ya sabéis, las actividades ‘outdoor’ pueden ser especialmente gratificantes si incluyen sexo de por medio.
Como podéis ver, hay muchísimas formas de que nuestras relaciones sexuales vayan mucho más allá del clásico ‘aquí te pillo, aquí te mato’, y de hecho, es muy fácil terminar cayendo en la monotonía por cosas como esta. ¡Añadidle una pizca de picante a vuestras vidas siguiendo estos consejos para vuestros preliminares, no os arrepentiréis!
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