¡Ahorrad agua! ¡Duchaos juntos! Con esta consigna tan ecológica nos llega una nueva fecha en el calendario que alguien en Twitter se ha inventado para celebrar no sé qué. ¿El Día del Sexo en la Ducha? ¡Por qué no!
Lo cierto es que el sexo en la ducha tiene tantos defensores como haters, así que es importante en la vida (crucial, diríamos nosotros) elegir bien a tu pareja para no llevarte la sorpresa de que esté en el bando contrario: ¿Eres #TeamShower? ¿O #TeamDry?
A favor del sexo en la ducha está que puede ser divertido, y poco más, porque el argumento del ahorro de agua no se sostiene: practicando sexo en la ducha vas a pasar más tiempo con el grifo abierto que durante dos duchas consecutivas. ¿Te gusta, te excita y te parece divertido? Pues adelante, pero no vengas con que es ecológico. A Greta Thumber no se la colarías, y a nosotros tampoco.
En contra, que el agua se te mete en los ojos y la piel pierde todos sus sabores y aromas, lo que está muy bien para las personas escrupulosas, pero si no existe un problema de higiene en la pareja, esto limita los matices sensoriales del acto sexual. Además está el frío. A no ser que la temperatura esté disparada (y en enero esto no es lo que toca en el hemisferio norte) tarde o temprano te va a entrar frío.
Pero si estás decidido a ignorar estos inconvenientes, te aconsejamos precaución: los resbalones en la ducha son más frecuentes de lo que piensas, y todavía nadie en Twitter ha creado el Día del Sexo con Escayolas (que sepamos).